No es algo habitual, pero la diferencia de 3 goles fue
el común denominador de la noche del domingo en Vicente López, donde Cideco
derrotó a Platense por 30 a 27. Tres
goles fue la brecha que Platense
nunco logró romper. Y si bien el grito de “todavía falta mucho, se puede dar
vuelta” que se escuchaba faltando 5 minutos en el primer tiempo, también se
dejaba oir a los 10 del segundo e incluso a los 25… Pero en los instantes
finales todos supieron que esa barrera que Cideco había logrado construir era
imposible de quebrar. Al menos en este partido. En el que a Platense le faltó su goleador Lucas
Cruz por enfermedad, con sus 6 goles de promediocuestas a , su presencia en
defensa y penetración en ataque. Y en el que a Cideco le sobró velocidad, salidas eficaces de contra, el brazo de oro del "9" y una construcción de
juego más natural que a Platense.
Sin Cruz, y con dos exclusiones tempranas de Santiago
Fernández, que lo confinaron a jugar sólo en ataque durante casi todo el
partido, Platense se quedó sin su
defensa central. En ofensiva, César Rasgido siempre fue detenido lejos de los 6
metros. Y si Platense se mantuvo en
partido fue porque los extremos tuvieron una de sus mejores noches. Matías
Sánchez Montero desde la izquierda castigó permanentemente, incluyendo la mejor
jugada de la noche con un revés por detrás de la espalda que se clavó abajo en
el segundo palo del arquero visitante. Axel Baserga, desde la derecha, resultó
el goleador de la noche para el Calamar con un alto porcentaje de eficacia, con
varios goles de “globo” y una planilla perfecta en penales, con un 5 de 5. Ambos fueron el punto más alto de Platense y del partido.
En resumen, derrota frente a un rival al que se le
había ganado en el Apertura como visitante, pero que no reviste la preocupación
que habían dejado algunos partidos de ese torneo: no se jugó bien, pero nos quedamos
con las cosas que sí anduvieron para seguir consolidando a Platense en lo que resta del Clausura.
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