martes, 27 de agosto de 2013

Una derrota que condiciona

Juan Rostán lanza y convierte en uno de sus mejores partidos del año
Para las Inferiores de Caballeros no figuraba en los planes llevarse sólo un empate en la visita a Santa Isabel. En estos momentos cuando el campeonato es corto, de 9 fechas, y sólo los dos primeros equipos jugarán el próximo año en la B, el margen de error es mínimo. Por ese motivo, si bien Santa Isabel es, probablemente el equipo más competitivo en este tramo, la derrota se sintió más.

El comienzo de los más pequeños en la cancha descubierta pareció ser un signo de lo que vendría. Las derrotas de Infantiles por 23-9 y luego la de Menores por 27-20 dieron lugar a un partido errático de los Cadetes, que tienen variantes en ofensiva, que controlan bien la pelota en ataque, pero que en el momento de defender no pueden bajar de 30 goles de promedio por partido, y así ganar se hace muy difícil. Este partido no fue la excepción. Pequeños detalles ayudaron al 29-28 final para Santa Isabel. La lesión transitoria de Tomás Otamendi, que le restó minutos de partido y la contractura que lo sacó de la cancha en los 20 minutos finales a Federico Ladrón de Guevara (ambos goleadores con 9 tantos), redujeron las chances de Platense a pesar de que el rival parecía haber perdido el rumbo en el tramo final.

Los Juveniles, que en el partido de ida habían ganado con comodidad, extrañaron al cerebro Manuel Ricardes, fuera de juego por el resto del año por una pubialgia. De entrada, Platense demoró casi 9 minutos en abrir el marcador, para 1-5, una diferencia que se acortó recién apenas comenzado el segundo tiempo cuando Santa Isabel quedó con 4 hombres de campo, incluyendo una explusión. En ese momento, cuando Platense debía imponer su poderío, perdió dos pelotas en ataque y Santa Isabel facturó con dos jugadores menos. Partido 19-17 para el local y el comienzo de una nueva debacle porque la diferencia volvió a estirarse a 5 goles a falta de 5 minutos. Con dos expulsados por lado y un festival de exclusiones, en el que Santa Isabel fue el más perjudicado, Platense encaró los minutos finales aprovechando tres exclusiones consecutivas en Santa Isabel. A 4 segundos del final, Rodrigo Ladrón de Guevara penetró entre los dos centrales y su tiro al ángulo desató el festejo por el 28-28 final, en lo que sería el único resultado "positivo" de toda la jornada. Una mención especial para Mariano Ranalli, arquero de primer año de Cadetes, que no sólo tuvo una buena tarde en su categoría sino que fue figura en Juveniles, ante la ausencia del arquero titular. Un hecho para resaltar fue que en este partido, Mariano recibió un tremendo pelotazo en la cara por parte del lateral izquierdo. Conmocionado, Mariano necesitó más de 5 minutos para recuperarse. Pero la actitud del lateral lejos estuvo de acercarse al fair play que siempre apoyamos: no sólo apenas si se acercó para ver cómo estaba Mariano sino que se alejó del sitio donde lo estaban atendiendo entre sonrisas y reclamando que le cobraran el gol (la pelota nunca entró: Mariano contuvo el remate). 

Finalmente los Juniors, que habían perdido por 3 goles en el partido de la primera ronda, cayeron sin atenuantes por 32 a 21. Un equipo con poco color en ataque, extrañando a Juan Cruz Uñac, otro lesionado por el resto del torneo, y permeable en defensa, en parte por la extraordinaria tarde el lateral izquierdo de Santa Isabel, que castigó cuantas veces quiso con una potencia de tiro y agresividad en ataque que lo convierten en una de las figuras de la divisional.

En definitiva, Platense ya dejó en las primeras dos fechas tres derrotas y un empate. Necesita imperiosamente volver a los "3-0 por los puntos" para mantener las chances de permanencia. Tenemos equipo y tenemos mentalidad. Es cuestión de darse cuenta de que todos los partidos "hay que jugarlos" para ganarlos y de que todos estamos apoyando a todos en búsqueda del mismo objetivo.

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