Triunfo necesario el de la Primera Caballeros de Platense en el ajustado 27-26 sobre Estudiantes no sólo porque le permitió el primer triunfo en tres presentaciones sino porque logró rearmarse luego de la goleada sufrida en la fecha anterior.
La victoria no fue de las más floreadas. Pero como había que reponerse como fuese, el triunfo sirve mucho. Un triunfo que se contruyó en el primer tiempo con una defensa correcta, que sólo padeció desde los extremos, y con una alta eficacia en ataque merced a las penetraciones en velocidad de César Rasgido y otra buena noche de Axel Baserga desde el extremo derecho, muy elegante además con cada uno de sus "globos". El buen primer tiempo de Fernando Krongold en el arco también ayudó a cimentar el 15-12 parcial, que si no resultó más amplio fue porque, paradójicamente, Platense no logró imponer en el resultado la superioridad numérica: hubo pasajes en el que Estudiantes contó con tres jugadores de campo, pero el saldo a favor de esa coyuntura fue de un solo gol.
En el segundo tiempo, apoyado también en el celo arbitral que castigó a Estudiantes con el reglamento en la mano con 9 exclusiones (3 para Platense) durante todo el partido, el Calamar tomó una distancia de 25-21 a 5 minutos y medio para el final. Estudiantes nunca se dio por vencido. En esos instantes finales defendió como nunca, y fue implacable lastimando no sólo con el lateral derecho sino con el "ilegible" armador que, pese a su estatura claramente por debajo de la media, marcó dos goles en suspendido que dejaron a la visita a un solo gol. Un acierto de Lucas Cruz (6 goles, goleador junto a Baserga) en penetración y otro del "Duro" desde la posición de pivot fue toda la nafta que le quedó a Platense en esos minutos finales, pero que, en definitiva, fueron suficientes para determinar el triunfo final.
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