La "previa" no era la más favorable. Platense, con un equipo reconstruído, con la columna vertebral que ha dejado el club, con veteranos que ahora alientan desde la tribuna o con su trabajo en las Inferiores, con un grupo cada vez mayor de Juveniles y Juniors para completar la planilla y hacer sus primeros minutos en Primera, debía enfrentar el Clásico crente a Argentinos Jrs. en casa ajena. Y tanto en los números como en el juego las dos realidades eran opuestas: Argentinos, líder con dos victorias y una gran diferencia de goles a favor; Platense, relegado a la última posición con dos derrotas y con un gran interrogante sobre su estilo de juego. Por lo pronto aún se recordaba la dolorosa derrota sufrida en el Clausura pasado.
Ya no se la recuerda más. Porque el domingo Platense sacó el pecho por su historia, y como vimos, también por su presente, y logró una tremenda victoria por 20 a 17 frente al clásico rival, en su casa.
La primer parte fue gol a gol, intercambiándose el liderazgo en el marcador, para finalizar la primera etapa igualados en 10. Para destacar en este período, la labor de Miguel Herrera en los tres palos y la tarea en la función inédita de pivot de César Rasgido.
En el segundo tiempo, el técnico calamar, Daniel González, propuso más cambios defensa-ataque a sus dirigidos, y con dinámica pero sin apuro puso en ventaja a Platense por 19 a 14 faltando ocho minutos para el final.
Argentinos reaccionó y pretendió arrollar a Platense. Aun con sequía ofensiva, las buenas defensas de Gonzalo Carballeda y Juan Vásquez, le permitieron a Platense llegar con ventaja de 19 a 17 restando tres minutos. Sumado a la alternancia en la conducción de Santiago Romero y Alejo Bruera (el Junior de segundo año convirtió su primer gol en Primera), hicieron que los locales no encontraran el rumbo y tuvieran que entregar el partido y la punta frente a su clásico rival.
Para Platense este triunfo debe serle útil no sólo para sembrar nuevos ánimos dentro del plantel sino para demostrarles que el esfuerzo también es un talento. Quedan 10 partidos para consolidar una nueva forma de jugar, para aprovechar con inteligencia las oportunidades y duplicar el sacrificio para enfrentar las debilidades.
Colaboración de Horacio Marcelo Bruera Vidal
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