Federico Ladrón de Guevara, Tomás Otamendi y Roberto Lanziano minutos antes de la victoria sobre Argentinos |
La primera gran alegría fue de los Cadetes. Este partido fue una joya desde
donde se lo mire. Primero, desde la defensa, con una marca limpia pero
implacable, con pocos descuidos, mejorando notablemente respecto de las tres
primeras derrotas del año. Luego, con un armado criterioso a partir de Roberto
Lanziano, alternando con Joaquín Freitas, y finalmente con un poder de fuego en
ataque que incluso contó con “perlas” de belleza y rapidez definidas habitualmente
por Ignacio Coluzzi, siempre ubicado en el lugar correcto
El minuto pedido por el local luego del 4-0 inicial
para Platense fue el primer indicio
de la concentración con la que el Calamar
arrancó el partido. De a poco, Argentinos se acercó a 4-3 y a 8-7 al fin del
primer tiempo con un gol sobre la chicharra.
Sin embargo, lo mejor de Platense se vio en el segundo tiempo. Con un parcial de 6-0, la
diferencia se volvió prácticamente irrecuperable. En ese período se lucieron Federico Ladrón de Guevara, mostrando su mejor faceta en juego de equipo, y Julián
Razetti, definiendo sin piedad desde el extremo derecho. A falta de 15 minutos,
Argentinos decidió defender en individual, con presión en toda la cancha.
Recuperó un par de goles. Sin embargo, el emocionante regreso de Tomás
Otamendi, luego de 8 meses alejado de las canchas por su lesión de ligamentos
cruzados, cimentó con dos goles “desde el cielo” el 20-14 final que se celebró
con tanta alegría.
El otro gran zarpazo vino del lado menos esperado.
Los Juniors, que habían perdido
claramente sus cuatro compromisos previos enfrentaban al líder invicto. Con
mayoría de jugadores de primer año y refuerzo de juveniles, este equipo aun en
formación fue armando una victoria inapelable construida desde la gran tarde de
Juan en el arco, la conducción repartida entre Alejo Bruera, Fernando Laya y Manuel Ricardes, quien convirtió un gol clave para el 24-20, y que sepultó las
ansias del local por revertir el marcador, junto que el necesario aporte de lanzamiento exterior de Hernan Meza y Juan Uñac. Si a esto le sumamos la agresividad
en la defensa y goleo desde el extremo derecho de Augusto Garófalo, la
inteligencia de los conductores para crear espacios como respuesta a la presión
en toda la cancha de Argentinos y las jugadas maestras en definición de Fernando
Laya, los Juniors redondearon su
mejor partido en mucho tiempo y cerraron la histórica tira de 2-1 para Platense.
Antes, los Juveniles resignaron su invicto por 29-28
frente a uno de sus seguidores en un gran partido, donde Platense nunca se
movió con comodidad para conseguir descontar los 4-5 goles que Argentinos
siempre logró mantener. Hasta los últimos 3 minutos, cuando la responsabilidad
de ganar pesó mucho más que la cómoda diferencia. Platense se puso a un solo
gol, pero el juego neutro, táctico del local extinguió los segundos finales y
privó al Calamar de extender su racha.
En los partidos de la mañana, los Menores cayeron 19-14, jugando un gran
partido dentro de sus posibilidades, ya que dos de sus habituales titulares
estuvieron ausentes. La opción de ataque y la responsabilidad en la defensa
recayó sobre Aaron Vusewer, figura de Platense
y autor de 9 goles.
Los Infantiles,
finalmente, cayeron 34 a 7 mientras siguen sumando nuevos jugadores y refuerzos
de minis con la intención de adquirir experiencia e ir mejorando con cada
entrenamiento.
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