domingo, 25 de mayo de 2014

La lesión tapó todo: las actitudes

La lesión de Manuel Ricardes tiñó la tarde de tristeza y de impotencia. A los 20 minutos del partido de los Juniors de Platense en SAG Lomas, Manuel recibió un fuerte golpe en la cabeza que lo sacó del partido rumbo al hospital con rotura del tabique nasal y una fuerte conmoción producto del choque.
 
Manuel Ricardes, luego de la corrección de su tabique nasal

Para ser objetivos, una rotura de tabique nasal perfectamente puede ser parte de manera accidental en un deporte de fricción como el Handball. Lo que provoca impotencia y una bronca contenida fueron las circunstancias que rodearon la acción. Nunca sabremos si la violencia en la infracción provocada por Nicolás Cecchini fue un desafortunado accidente o si tuvo una clara intencionalidad de lastimar al rival. De lo que sí estamos seguros es de todo lo que ocurrió después. En primer lugar, la incomprensible decisión de la dupla arbitral Heit-Pujol de sancionar con exclusión de dos minutos al jugador infractor. Los árbitros internacionales Marina y Minore presenciaron de primera mano la acción porque estaban como veedores del partido de Juniors; en el entretiempo se escuchó claramente a Minora corregir en voz alta a Heit y Pujol al grito de que “esto es roja acá y en cualquier lado”. En segundo lugar, con Ricardes sangrante y su tabique fracturado sobre el parquet, la actitud antideportiva del jugador Matías Fortunati, hijo del presidente de SAG, sobre el jugador caído al grito de “levantate, que no es para tanto”. El infortunio final, para completar una tarde desafortunada para el Fair Play y para el espíritu del Handball, la tribuna local comenzó al grito de “ole, ole…” ante alguna jugada vistosa de su equipo, en una actitud de soberbia y humillación que poco tiene que ver con el espíritu del deporte.

Probablemente SAG Lomas sienta como una humillación estar en la divisional B, una categoría que no hace a su gran historia. Esa misma historia grandiosa nunca les permitió verse ellos mismos en un sitial que no sea la Liga de Honor. Frente a eso podemos decir que ningún equipo de la B o de la C sienten humillación por jugar en esas categorías, sino que más bien intentan superarse fecha tras fecha con el objetivo de ser mejores. Lo que sí es humillante es no actuar como hombres de bien y con humanidad frente a la desgracia de un rival que, de no defender otros colores, podría ser uno de sus propios compañeros o amigos. Y eso es lo que no se termina de entender en toda esta historia.

Un agradecimiento muy especial desde este espacio a la madre de uno de los jugadores de SAG que prontamente ayudó a Manuel y a los entrenadores de Platense en brindarle los primeros auxilios y a comunicarse con los médicos del Hospital de Adrogué donde Manuel fue atendido con éxito.


Manuel, en tanto, está en recuperación luego de una magnífica atención en el Hospital de Adrogué, pero se perderá el resto del torneo Apertura en las tres divisiones donde participaba, Juveniles, Juniors y Cuarta.

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