La
lesión de Manuel Ricardes tiñó la tarde de tristeza y de
impotencia. A los 20 minutos del partido de los Juniors de Platense en SAG Lomas, Manuel recibió un fuerte golpe en la cabeza
que lo sacó del partido rumbo al hospital con rotura del tabique nasal y una
fuerte conmoción producto del choque.
Para
ser objetivos, una rotura de tabique nasal perfectamente puede ser parte de
manera accidental en un deporte de fricción como el Handball. Lo que provoca
impotencia y una bronca contenida fueron las circunstancias que rodearon la
acción. Nunca sabremos si la violencia en la infracción provocada por Nicolás Cecchini fue un
desafortunado accidente o si tuvo una clara intencionalidad de lastimar al
rival. De lo que sí estamos seguros es de todo lo que ocurrió después. En
primer lugar, la incomprensible decisión de la dupla arbitral Heit-Pujol de
sancionar con exclusión de dos minutos al jugador infractor. Los árbitros
internacionales Marina y Minore presenciaron de primera mano la acción porque
estaban como veedores del partido de Juniors; en el entretiempo se escuchó
claramente a Minora corregir en voz alta a Heit y Pujol al grito de que “esto
es roja acá y en cualquier lado”. En segundo lugar, con Ricardes sangrante y su
tabique fracturado sobre el parquet, la actitud antideportiva del jugador
Matías Fortunati, hijo del presidente de SAG, sobre el jugador caído al grito
de “levantate, que no es para tanto”. El infortunio final, para completar una
tarde desafortunada para el Fair Play y para el espíritu del Handball, la
tribuna local comenzó al grito de “ole, ole…” ante alguna jugada vistosa de su
equipo, en una actitud de soberbia y humillación que poco tiene que ver con el
espíritu del deporte.
Probablemente
SAG Lomas sienta como una humillación estar en la divisional B, una categoría
que no hace a su gran historia. Esa misma historia grandiosa nunca les permitió
verse ellos mismos en un sitial que no sea la Liga de Honor. Frente a eso
podemos decir que ningún equipo de la B o de la C sienten humillación por jugar
en esas categorías, sino que más bien intentan superarse fecha tras fecha con
el objetivo de ser mejores. Lo que sí es humillante es no actuar como hombres
de bien y con humanidad frente a la desgracia de un rival que, de no defender
otros colores, podría ser uno de sus propios compañeros o amigos. Y eso es lo
que no se termina de entender en toda esta historia.
Un
agradecimiento muy especial desde este espacio a la madre de uno de los
jugadores de SAG que prontamente ayudó a Manuel y a los entrenadores de
Platense en brindarle los primeros auxilios y a comunicarse con los médicos del
Hospital de Adrogué donde Manuel fue atendido con éxito.
Manuel,
en tanto, está en recuperación luego de una magnífica atención en el Hospital
de Adrogué, pero se perderá el resto del torneo Apertura en las tres divisiones
donde participaba, Juveniles, Juniors y Cuarta.
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