Platense perdió el partido en los primeros 10 minutos, porque estuvo muy flojo en defensa y en ataque. Cada avance de SAG terminaba en la red y cada ataque calamar derivaba en pelota perdida y gol de contragolpe para el rival. Luego del minuto pedido y cambios en la formación, la tendencia se estabilizó.
Pero fueron clave durante esa primera etapa las cuatro exclusiones que sufrió Platense y que le impidieron acomodarse cuando ya en el juego se había llegado a una situación de paridad. En la segunda
etapa, sin nada que perder, Platense atacó, más con voluntad que con ideas. Así y todo lograron remontar y achicar la diferencia, pero la chicharra sonó en el 26-22 y ya no hubo más nada que hacer.
Colaboración de Hernán Garbarino
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